EL PELADO CHAVEZ


*Por Daniel Mancuso



Lo odian sin tapujos, a boca de jarro. Le temen, no a él, a lo que trae consigo: millones de venezolanos sembrando soberanía, recuperando alegrías, movilizados contra el capitalismo rapaz, construyendo el socialismo del siglo XXI, a la bolivariana, como debe ser.

¿Por qué lo siguen, lo aman, lo reeligen? Cada cual sabe donde le aprieta el zapato. Tantos negros mulatos zambos morochos desarrapados dan miedo por las calles de Caracas. ¿Cómo se dice aluvión zoológico en español venezolano?

Lo odian como a Fidel. Lo detestan como a Perón. Lo matan una y mil veces, con el deseo, con envidia, con gula, con lujuria, con avaricia, con ira, con soberbia, en medio de la pereza y el tedio y los bostezos de la buena vida.

Lo matan si no trabaja y si trabaja lo matan, siempre lo matan: "El mandatario no ha dicho hasta ahora en dónde le fue detectada la enfermedad". Esto es, oculta algo: "se está muriendo el muy hijo de mujer indecente y no lo dice para tenernos en ascuas". Miente cuando está sano y miente cuando está enfermo. ¿Viste que es poco confiable? Y encima quiere seguir siendo Presidente hasta el 2030. Hagamos algo, gritan en Miami, en Barrio Parque, en Las Condes...

Hoy, la 37° peregrinación juvenil a pie a Luján se realiza bajo el lema "Madre, ayúdanos a cuidar la vida". Mañana, a las 7, el cardenal Jorge Bergoglio presidirá la misa central en la puerta de la basílica de Luján.

¿Pedirá por la vida del enorme líder? ¿Orará por la esperanza de millones de compatriotas del norte de la patria grande? ¿Se hará el boludo y repartirá hostias canallas como cuando la dictadura mataba a discreción?

El pelado divide aguas, aquí y allá, y genera una paradoja. El bien y el mal se miran a la cara en la cadena global mediatizada: muchos de los que aman la vida no esperan nada del barbudo invisible; todos los que desean la muerte claman y encienden velas de hipocrita misericordia...

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