En las últimas semanas he observado, tanto a nivel local como provincial una serie de acérrimos enfrentamientos en torno a las libres expresiones.
En un contexto donde por un lado se habla de la democracia y la reciente ley de servicios de comunicación audiovisual, por el otro no se hace más que cercenar o intentar censurar las libres opiniones de ciudadanos y colegas.
Sí!, en primer lugar hablo de Fito, y no porque sea un conciudadano Rosarino, sino porque es un ciudadano que tiene plenitud de derechos, y entre ellos decir lo que se le plazca y como se le plazca.
En segundo lugar, me refiero al compañero, amigo y colega Alberto Castagnoli, quien ha sido practicamente insultado por reproducir sucesos que acontecen en la ciudad de Mar del Plata y que claramente a la oposición le produce urticaria.
De ello se infiere claramente, que tenemos más de 30 años del ejercicio del imperio monopolico al servicio de una población nematocera, que no acepta más que un único pensamiento…el de sus propìos intereses.
Es evidente, que de la teoría a la praxis hay un largo trecho. Nos hace falta más ejercecicio democrático y sobre todo, practicar la tolerancia para con el otro, entender que de los dicensos puden surgir concensos.
*Directora Revista Ida & Vuelta
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