FACUNDO CABRAL: NO HAY BALA QUE DETENGA LA MÍSTICA

*Por Pablo Vázquez

"¿Quién cree que es esa entrometida, la realidad,
para arruinarme la vida?”
Facundo Cabral

El 9 de julio pasado despuntó en rojo sangre. Las noticias de esa mañana enlutaron los ánimos de muchos al enterarnos del asesinato de Facundo Cabral ocurrido en Guatemala.

El trovador indómito que transmitía mensajes de paz. El enjuiciado por las dictaduras que predicaba con el amor. El amante eterno de la vida, los amigos y las mujeres.  El predicador a seis cuerdas dejaba de existir…

Platense de origen, sufrió la miseria y el abandono paterno. Autodidacta con vasta cultura, agradecido de Evita y Perón por su ayuda a su madre, su vida se le apareció en la guitarra.

En varios reportaje habó de aquel encuentro con la “abanderada de los humildes” en un aniversario de la ciudad de La Plata, donde junto al Presidente Perón y el Gobernador Domingo Mercante, saludaba a todo y sintió que su gesto fue para él.

Consiguió de Perón un puesto para su mamá y de Evita afincar en su corazón transmitir un mensaje de amor para siempre.  En varios reportajes refirió que desde Indira Gandhi a científicos y poetas todos le preguntaban sobre ella. Grande fue mi satisfacción, años atrás, de poder acercarle desde el Instituto Eva Perón aquella foto donde se veía a la pareja presidencial recorrer con el auto las calles platenses.
De Indio Garparino y éxitos comerciales, a su exilio mexicano y la penosa muerte de su mujer e hijo en un accidente aéreo. La adversidad lo marcó y él supo sortearla profundizando su espiritualidad con el filósofo  maestro hindúKrishnamurti.

La democracias de 1983 lo encontró con renovados bríos, recitales y discos que apuntalaban su mensaje, amén de innumerables viajes llevando su palabra liberadora.

Como escribió mi amigo marplatense Pedro Valci “Conoció a todos los hombres de todas las razas, sabios y no sabios, errante y profeta fue hoy tristemente muerto atravesado por el metal ardiente de la locura de ese mundo del cual  FACUNDO era  su mayor mensaje de amor”.

Murió uno de los nuestros, aquel que acompañó con sus letras y música reuniones políticas, declaraciones de amor y despedidas fatales. No era raro hace años contar en las unidades básicas y casa de compañeros con sus discos e imágenes mezclados con los textos de Perón.

Espero con ansiedad uno de sus últimos reportajes hecho por el escritor Pablo Hernández, donde poder descubrir sus pensamientos póstumos de alguien que dejo su huella en el alma colectiva.
Parafraseando al patriota panameño Omar Torrijos: “no hay misil que pare la mística”.
Que descanses en paz, compañero!

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