24 de marzo de 2011: UN DÍA PERONISTA (K)

*Por Raúl Isman

 “Nunca estuvimos solas, por eso pudimos seguir luchando”.
Nora Cortiñas. Madre de Plaza de mayo.

Las Madres y Abuelas marcharon y marchan, inquebrantables. Son menos, son las mismas. Lloran, sonríen, ríen, son abrazadas y fotografiadas. Son populares, aunque la palabra suene exótica o traída. Ahora, desde hace bastante, sí que no están solas. La mayoría de quienes las rodea tienen edad adecuada para ser sus hijos o sus nietos. O sus herederos. En cierto sentido, lo son.
Mario Wanfield. Periodista.

Nunca más. Nunca menos.

Consigna reproducida en pancartas y posters.
Ubicado en medio de dos jornadas muy grises, el 24 de marzo de 2011 brilló con una luminosidad especial, que iba mucho más allá de la temperatura agradable y el sol radiante. En ciertas tradiciones argentinas, entre picarescas y políticas, se denomina a estas jornadas un día peronista. Y sin dudas lo fue en varios sentidos. Pero de un peronismo marcadamente K, para decirlo en términos precisos. A realizar algunas reflexiones acerca de la jornada estará dedicado el presente artículo centrado mucho más en lo político que en lo climatológico o en lo puramente descriptivo.

Una impresionante multitud camino por el centro de Buenos Aires haciendo que el primer recuerdo por el golpe de estado- el más y numeroso de toda la historia de tales acontecimientos, según la memoria del autor de estas líneas- luego de la muerte de Néstor Kirchner sirviese para escenificar que la lucha y el legado del ilustre patriota latinoamericano no habían pasado en vano. Su imagen estuvo presente y mucho más su prédica destacada por la inmensa mayoría de los manifestantes. No sería demasiado osado aventurar que la masividad de la marcha estuviere vinculada al aún reciente fallecimiento del ex presidente; que potenció un fenómeno anterior y que volviose estentóreamente visible luego del 27 de octubre del 2010: la (re)politización de muy amplios sectores juveniles. En efecto, si bien en el acto estuvieron representadas todas las franjas etarias, resultaba inocultable la presencia masiva de miles de jóvenes.

Más allá de algunas rispideces canoras, la convivencia entre los manifestantes pankirchneristas y los adherentes a partidos de izquierda no dio lugar a incidentes reprochables. La jornada de aproximadamente doce horas incluyó un cierre con festival artístico y se prolongó en el espacio allende la Plaza de mayo por medio del acto en el que participó Hebe de Bonafini en el mercado central sito en la Matanza (http://www.redaccionpopular.com/articulo/24-de-marzo-el-acto-de-las-madr...).
Yendo hacia una interpretación más política de lo ocurrido quedaron muy claras algunas cuestiones siendo en nuestra opinión las más destacables las siguientes:

1) El Kirchnerismo es el único proyecto y movimiento político viable con capacidad de beneficiar al pueblo en la Argentina. Ni la vetusta izquierda- más preocupada por fraccionarse ad infinitum y destacarse por su “pureza” ideológica que por lograr el bienestar popular- ni el raquítico conglomerado pseudo nacional y popular amontonado bajo el liderazgo de Fernando “Pinedo” Solanas, y mucho menos las diferentes variantes de la progresía neoliberal (Ricardo Alfonsín, “chirolita” de su propio padre, las fracciones sojeras del P.S., el G.E.N.. y siguen las firmas) pueden modificar tal percepción que hemos argumentado en diversos textos anteriores (http://www.redaccionpopular.com/articulo/gobierno-y-oposicion-una-vez-ma...); razón por la cual ahora nos limitaremos a decir que la gran mayoría de los concurrentes agrupados en su mayoría en el espacio K resultó una rúbrica puesta en acción de lo que decimos.

2) Por otra parte, el proyecto K se halla disputando la hegemonía no sólo de la sociedad; si no del movimiento peronista contra las fracciones derechosas, conservadoras y fascistizantes de la fuerza originada en el general más querido de la historia argentina.

En rigor, vencer en la segunda de las disputas es condición casi excluyente del triunfo en la primera. Por cierto que lo acontecido el 24- que mostró un kirchnerismo inserto en masas movilizadas y embanderado con gran parte de los movimientos de los derechos humanos- no podía ser mas contrastante con el patético y lastimoso espectáculo brindado por las fuerzas del peronismo golpeador (Graciela Caamaño de Barrionuevo) y demás adefesios derechistas complicados en las elecciones gubernativas en Chubut con maniobras fraudulentas más comprensibles en los conservadores de los tiempos de la república oligárquica o de la década infame que en adherentes al movimiento nacido en 1945. Es habitual que, desde ciertos círculos de análisis político, se arguya el hecho que las desventuras del peronismo derechoso comenzaron cuando el senador Carlos Reutemann se pegó “un tiro en los pies” con declaraciones que rebelaban indigencia intelectual y ausencia de olfato político. Por cierto que para ser fieles a la verdad el conjunto de la franja anti-k del peronismo se ametralla a si misma con sus discursos, prácticas y declaraciones. Se trata de una pléyade de mamarrachos que, contra su voluntad, parece trabajar incansablemente por el fortalecimiento del proyecto que agrupa a lo más progresista de nuestra sociedad. Lo dicho, el acto del 24 de marzo se desarrolló en un día peronista, pero peronista K.

Como todo acto de masas, el del 24 de marzo de 2011, significó también un acontecimiento teatral. El realizado ayer escenificó que el huracán Kristina puso en escena el conflicto que se vive en la Argentina actual y siguió su marcha hacia la reelección para avanzar en la continuidad y profundización de un modelo que trae indudables beneficios para el pueblo.

* Docente. Escritor.
Columnista del Noticiero televisivo
Señal de Noticias.
Colaborador habitual del
periódico Socialista “el Ideal”
Director de la revista
Electrónica Redacción popular.
raulisman@yahoo.com.ar

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